Litoral Almeriense

PUNTA ENTINAS-SABINAR:

Fauna: Cabe remarcar la cantidad de aves como las gaviotas de Audouin (Larus audouinii) o aves del género Phoenicopterus, conocidos como flamencos. En las charcas características habitan una serie de especies vulnerables como la focha común (Fulica atra), el áñade real o azulón (Anas platyrhynchos), la malvasía cabeciblanca (Oxyura leucocephala) y el corregimos común (Calidris alpina).

Flora: pueden encontrarse en este ecosistema son las sabinas suaves (Juniperus Phoenicea) que dan nombre al Paraje, Sabinar, y los lentiscos (Pistacia lentiscus). Sobre los terrenos más salinos prolifera la vegetación halófila como la de la familia de las Quenopodiáceas (sosas, alacraneras), y en general por todo el Paraje Natural podremos encontrar cambroneras (Lycium intrincatum), cañas comunes (Arundo donax), juncos espinosos (Juncus acutus), bolaga o bufalaga marina (Thymelaea hirsuta), azufaifos (Ziziphus lotus), lavanda de mar (Limonium vulgare), margarita de mar (Asteriscus maritimus), oruga marítima o roqueta de mar (Cakile maritima), pegamoscas o melera (Ononis natrix) y el carrizal (Phragmites australis). Alguna planta parásita como el jopo de lobo (Cynomorium coccineum). ambién el fondo marino es rico en flora y fauna, incluyendo las praderas de Posidonia oceanica más occidentales del Mediterráneo.

Suelo: El Paraje Natural Punta Entinas-Sabinar está formado por un conjunto de dunas cercanas al litoral mediterráneo, entre las que se sitúan charcas(también llamadas "charcones"), dando lugar a diferentes biotipos, dentro de un ecosistema sub-árido mediterráneo.

 

CABO DE GATA-NÍJAR:

Fauna terrestre: La fauna terrestre del parque está formada por animales que se han adaptado a un terreno árido, con escasez de agua y vegetación. Es la fauna propia del sureste europeo asociada a los ecosistemas secos mediterráneos. La familia de los mamíferos está representada por animales de pequeño tamaño como son los conejos, liebres, musarañas, erizos morunos, topillos, ginetas y tejones entre otros. Los reptiles y anfibios, son mucho más abundantes, y no es difícil ver a la víbora hocicuda o al lagarto ocelado. En las Salinas se pueden observar muchas especies de aves, en especial flamencos.

En las zonas áridas y rocosas habitan rapaces como el águila perdicera o el búho real. La presencia de insectos es constante en todo el parque, la especie más vistosa quizás sea la mantis religiosa.

Fauna marina: Los fondos marinos del parque son de una gran variedad, podemos encontrar fondos de roca, fondos arenosos o fondos cubiertos por praderas de posidonia oceánica, variando en cada uno de ellos las especies marinas que encontraremos. En los fondos arenosos encontramos moluscos bivalvos como las coquinas y las chirlas, gasterópodos como la cañailla, los huevos de nática y cefalópodos, como la jibia.

También erizos y otros equinodermos famosos, como la estrella de arena; crustáceos variados de tipo cangrejo y un sin fin de peces como el salmonete, la herrera, el tordo, etc. En fondos rocosos se encuentran, a poca profundidad, la cubierta vegetal repleta de algas, esponjas, madréporas, anémonas, falso coral, anélidos, moluscos, erizos y estrellas, como la purpúrea y peces de colores como el pez Múco o Reyezuelo, el Verrugallo, el Pez Verde, la Mojarras y a mayor profundidad, el Mero, la Morena y el Rascacio. En las llanuras de posidonia, asentadas sentada inicialmente en fondo rocoso a 20 m. de profundidad, es poblada por numerosas especies de equinodermos y cefalópodos (pulpo común), la nacra (bivalvo gigante) y las estrellas rojas.

Flora: Adentrándose en la estepa litoral que separa el mar de la sierra, existe la formación de espinares denominados azufaifos. Bosquetes de Palmito (única palmera autóctona en el continente europeo) ocupan las umbrías y puntos favorecidos de las solanas en los relieves serranos. En la rambla del Bujo, antes de llegar al faro, puede observarse un ejemplo de esta especie típica de la sierra. Densas agrupaciones de Esparto, Romero, Albaida y Tomillo rellenan huecos entre los bosquetes de palmito y cubren las llanuras, rellanas y suaves lomas de las áreas interiores del Parque. Destacan los endemismos locales, entre ellos el Dragoncillo del Cabo (Antirrhinum charidemi), Clavelinas del Cabo (Dianthus charidemi), la Zamarrilla del Cabo (Teucrium charidemi) y el Azafrán del Cabo (Androcymbium europaeum).

Orografía:

Complejo Sierra Cabrera-La Serrata de Níjar: Los inicios de su formación datan de cientos de millones de años, cuando el mar bañaba las actuales laderas de la Sierra de los Filabres. Los sedimentos depositados en sus fondos, sometidos a la presión ejercida por el choque entre las placas Euroasiática y Africana fueron dando lugar a distintas rocas de naturaleza metamórfica (esquisto, cuarcita, calcitas...).

Sierra del Cabo de Gata: La Sierra del Cabo de Gata corresponde a la segunda fase orogénica del medio. Se trata de la porción emergida de una cordillera submarina de origen volcánico que recorre el fondo del Mar de Alborán, hasta alcanzar un máximo en la cima del Cerro del Fraile a 492 metros sobre el nivel del mar. La elevación progresiva del suelo dejó al descubierto una especie de archipiélago paralelo a la primitiva línea de costa, formado por numerosas islas e islotes que, tras el retroceso marino, terminaron formando la actual sierra.

Estratos de rocas ígneas alternando con sedimentos carbónicos forman el perfil geológico de esta parte del Mediterráneo Occidental, que puede ser estudiado en las paredes de los actuales picos y mesetas arrecifales fósiles. Este hecho, junto a las variadas formas volcánicas originadas por la heterogeneidad de las condiciones en las que se produjo el enfriamiento de la lava, incrementan el valor geológico del parque natural.

Depresiones de Almería y Níjar: La intensa actividad eólica que caracteriza la zona, condiciona un paisaje en el que las dunas móviles son abundantes en la costa, asentándose sobre la base que constituyen las playas fósiles, para cerrar albuferas en diversos puntos del litoral, entre las que adquiere especial relevancia por su extensión, actividad salinera y diversidad biológica: la conocida popularmente como Salinas de Cabo de Gata. El retroceso del mar supuso la tercera y última fase de formación del medio. La retirada de las aguas dejó al descubierto una capa de sedimentos procedentes de fenómenos erosivos anteriores y las depresiones del Golfo de Almería y del Campo de Níjar se fueron convirtiendo en tierra firme, a lo que contribuyeron los depósitos de material erosionado procedente de las escorrentías en las distintas cuencas que esculpen el perfil.

 

SERRANÍAS DEL LEVANTE ALMERIENSE

Geología: Parte fundamental de esta franja litoral es la compuesta por los pasillos intramontañosos y las formaciones deltaicas que se asientan sobre terrenos sedimentarios de origen Cuaternario, fuertemente erosionados y ricos en restos de fósiles marinos. Entre estos parajes, destacan las cuencas de Sorbas y de Pulpí, el corredor de Lucainena-Turre y las cuencas de los ríos Almanzora, Antas y Aguas. En estos paisajes sedimentarios sobresalen cerros y pequeñas colinas, denominadas localmente “cabezos”, que suelen ir ligados a elementos biogeográficos y/o históricos relevantes.

Flora: Para los fitosociólogos, la vegetación climácica estaría compuesta por distintos matorrales capaces de resistir un termoclima y ombroclima propios de una región árida, como el lentisco, el espino negro, la coscoja, el cornical, el arto (Maytenus senegalensis) o el palmito. Asimismo, destacan albaida (Anthyllis cytisoides) y la albaida fina (Anthyllis terniflora), el romero (Rosmarius officialis), la ajedrea (Satureja obovata) o la siempreviva amarilla (Helichrysum stoechas), así como el matagallo, la siempreviva morada o la espuelilla del Cabo (Linaria benitoi) endémica del levante almeriense, o de distribución local como la siempreviva de Mojácar (Limonium estevei) que aparece en la rambla de Macenas. Otras especies, comunes en estos hábitats costeros son la mejorana o el cantueso (Lavandula stoechas)

Fauna: el hábitat preferido por las aves esteparias, donde nidifican la canastera (Glareola pratincola), la totovía (Lullula arborea), así como el resto de especies descritas en los Tabernas, Sierra Alhamilla y Sorbas, sin que se tenga constancia de la presencia en época de cría de la alondra de Dupont. También están presentes otras especies ligadas de este tipo de hábitats como la avefría (Vanellus vanellus), el triguero (Miliaria calandra), destacando en los campos de cereal la presencia de la codorniz (Coturnix coturnix) y aves con cierto grado de antropofilia como el estornino negro (Sturnus unicolor), la golondrina común (Hirundo rustica) o el avión común (Delichon urbica). Existen diversas especies de correlimos (Calidris sp.), zarapitos (Numenius sp.), así como ostreros (Haematopus ostralegus) y vuelvepiedras (Arenaria interpres). Durante el invierno pueden verse las gaviotas sombrías (Larus fuscus), mientras que las reidoras (Larus ridibundus), las de Audouín y las patiamarilla permanecen a lo largo del ciclo anual, nidificando esta última en diferentes puntos del litoral.

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