El día empezó con unas nubes feas que presagiaban lluvia. Al final todo se ha quedado en un poco de frío y en un vientecillo puñetero. Pero como somos de Almería, estamos acostumbrados y casi ni nos hemos despeinado. ¡Bueno, alguna, sí!
En un autobús repleto de personas de cuatro nacionalidades distintas hemos ido a un pueblo único: Alberobello. Es reconocido por unas antiguas y peculiares casas con tejado cónico hecho de piedras sin cemento. Se llaman trulos y hay más de 1000.
Después al mar. Un coqueto pueblo costero que en verano es un núcleo turístico muy importante de la Apulia. Se llama Putignano a Mar y hemos recorrido sus estrechas calles que se asoman en picado al mar Adriático.
Ya de vuelta en Gioia del Colle, visita a una bodega vinícola cercana al instituto. Y es que, además de la mozzarella, nuestro pueblo es famoso por un vino tinto llamado Primitivo, muy reconocido en Italia.
Y, quedaba la despedida oficial en el Liceo Scientifico Ricciotto Canudo. En un acto lleno de emotividad nos hemos ido despidiendo de este instituto, de este pueblo y de este país, que con tanto cariño nos ha tratado.
Es costumbre aquí que los huevos de Pascua se regalen. Y las españolas han pillado algunos.
Y para poner el broche de oro: cena en una pizzería de todos los alumnos Comenius contándonos las últimas vivencias y los sueños de futuro.
Mañana, la despedida de verdad y...para España.
Bye