El alumnado de 1º de bachillerato del IES Maestro Padilla acudió el 10 de abril a una actividad de concienciación sobre lo importante que es ser responsable en la carretera. Se celebró en el Auditorio Maestro Padilla de la capital. El “Road Show” forma parte del proyecto Sobre Ruedas, una iniciativa informativa - formativa y de impacto para la prevención de los accidentes de tráfico y la promoción de hábitos saludables para una movilidad segura y responsable en los jóvenes. Esta actividad está enmarcada en el Programa CIMA, ámbito de conocimiento “Promoción de Hábitos de Vida Saludable” y la línea de actuación Educación Vial. Diferentes responsables políticos estuvieron en la presentación - Antonio Jesús Casimiro,  concejal de Ciudad Activa, Movilidad Urbana y Deporte, Amalia Martín, concejala de Presidencia, Planificación y Proyectos Europeos, Aránzazu Martín, delegada del Gobierno, Juan de la Cruz Belmonte y Francisco Alonso, delegados territoriales de Salud y Desarrollo Educativo - recordando a jóvenes de bachillerato de ocho centros educativos diferentes de nuestra localidad, que es un problema crucial para ellos porque, estudios recientes, demuestran que los accidentes de tráfico son la principal causa de muerte entre los jóvenes de entre 16 y 25 años.   La actividad fue muy dinámica, intentando contextualizar los momentos de peligro ante el volante, relacionándolos con el consumo de alcohol y de estupefacientes. Un disyoquey se encargó de ambientar una noche de fiesta y una actriz interpretó a una chica que había consumido mucho alcohol, pero que creía estar controlándolo todo y capaz de volver en su coche a casa porque estaba muy satisfecha de haberse sacado el carné de conducir recientemente. Después se proyectaron imágenes muy explícitas de accidentes de tráfico muy graves y pudimos ver cómo la vida nos puede cambiar drásticamente en segundos. A continuación, hubo testimonios reales de un policía local, un bombero, un enfermero de emergencias que explicaron cuál es su papel ante un accidente de tráfico. Todos contaron el caso que más les impactó y pudimos ver cómo estos grandes profesionales, acostumbrados a atender a heridos en casos de extrema gravedad, no pudieron contener las lágrimas y tuvieron que parar su exposición en reiteradas ocasiones. En la sala, llena a rebosar de jóvenes entre 16 y 17 años, el silencio era absoluto y la emoción y el sobrecogimiento estuvieron presentes en todo el acto. También escuchamos el testimonio de un rehabilitador que trabajó durante un largo periodo en el centro de Parapléjicos de Toledo, que nos explicó lo duro que es aceptar la nueva vida que le espera a un afectado de médula. Después, tuvimos el testimonio de un afectado que sufrió un accidente con 23 años, ya hacía más de 20 y nos contó cómo perdió a su mejor amigo y cómo él quedó postrado de por vida en una silla de ruedas, con múltiples secuelas físicas y mentales por la imprudencia de coger un coche después de una noche de fiesta y excesos. Por último, escuchamos el testimonio demoledor de una madre que perdió a su hijo al volante con 20 años, que explicó cómo un accidente puede cambiar no solo la vida del afectado, sino de familias enteras que ya no volverán nunca a ser lo que fueron. Después del testimonio de la madre se proyectaron muchas imágenes de niños y jóvenes, en las que aparecía la edad que tenían cuando fallecieron, víctimas de las imprudencias que se cometen en la carretera. El acto duró algo menos de dos horas y los cientos de jóvenes que acudieron y el profesorado acompañante salimos con una sensación muy amarga, que nos hizo reflexionar sobre la importancia de la prudencia ante el volante, sobre todo, cuando se ha consumido alcohol y estupefacientes.